Te quiero
Te despedí, todo el camino de regreso hable de ti, desayune, pensé en ti. Cuestione todos tus actos, siempre lo hago tratar adivinar tus pensamientos, esto me desquicia, me desequilibra pensar que en la cabeza tienes a la otra, que me vas a dejar, que nunca me has querido, que nunca me querrás. Dios, las obsesiones de los humanos.
Tengo sentimientos encontrados, por haberte tenido, por que “siempre” se prefiere amar y perder, bueno no siempre, las personas racionales no. Te quiero tanto que me duele, ¿por qué prefiero el sufrimiento? Dios, las obsesiones de los humanos.
Recuerdo haberme peleado contigo más de una vez contigo sin que supieras nada, recuerdo también haberme reído sin ti pero contigo, recuerdo ese miércoles y siento maripositas en él estomago, recuerdo el último viernes y lo quiero repetir.
Decidí sacarte de mi cabeza, pero no me acuerdo de olvidarte, cada actividad sacaba una necesidad de comentarte algo, cualquier cosa, hasta las más insignificantes. Conocí un nuevo lugar, recordé como te encanta conocer nuevos lugares, y este no lo conocí contigo, me tome una malteada con dos popotes, supongo que uno era para ti.
Alex me dice que te tengo que dejar ir por que nunca has sido mío ni lo serás, por que las personas no podemos pertenecer a alguien, no somos objetos y que todas las relaciones terminan, deje de escuchar a Alex.
Fui al cine, pensé en ti, en como no te gusta ir y sin embargo vas para estar conmigo, porque así me demuestras tu amor, con actos no palabras aunque siempre te repito: Necesito las palabras, esto no cambiará , y por eso obsesiona y a la vez me encanta.
Dormí, soñé contigo.
Me deprime pensar en ti, té extraño, ¿por qué no me quieres? ¿Por qué no me diste postal? ¿Por qué empezaste esto? ¿Por qué se termina? Te odio.
Justo cuando iba llorar una lagrima bien llorada, me llamaste, por lo tanto todo empieza otra vez. Te quiero
Te despedí, todo el camino de regreso hable de ti, desayune, pensé en ti. Cuestione todos tus actos, siempre lo hago tratar adivinar tus pensamientos, esto me desquicia, me desequilibra pensar que en la cabeza tienes a la otra, que me vas a dejar, que nunca me has querido, que nunca me querrás. Dios, las obsesiones de los humanos.
Tengo sentimientos encontrados, por haberte tenido, por que “siempre” se prefiere amar y perder, bueno no siempre, las personas racionales no. Te quiero tanto que me duele, ¿por qué prefiero el sufrimiento? Dios, las obsesiones de los humanos.
Recuerdo haberme peleado contigo más de una vez contigo sin que supieras nada, recuerdo también haberme reído sin ti pero contigo, recuerdo ese miércoles y siento maripositas en él estomago, recuerdo el último viernes y lo quiero repetir.
Decidí sacarte de mi cabeza, pero no me acuerdo de olvidarte, cada actividad sacaba una necesidad de comentarte algo, cualquier cosa, hasta las más insignificantes. Conocí un nuevo lugar, recordé como te encanta conocer nuevos lugares, y este no lo conocí contigo, me tome una malteada con dos popotes, supongo que uno era para ti.
Alex me dice que te tengo que dejar ir por que nunca has sido mío ni lo serás, por que las personas no podemos pertenecer a alguien, no somos objetos y que todas las relaciones terminan, deje de escuchar a Alex.
Fui al cine, pensé en ti, en como no te gusta ir y sin embargo vas para estar conmigo, porque así me demuestras tu amor, con actos no palabras aunque siempre te repito: Necesito las palabras, esto no cambiará , y por eso obsesiona y a la vez me encanta.
Dormí, soñé contigo.
Me deprime pensar en ti, té extraño, ¿por qué no me quieres? ¿Por qué no me diste postal? ¿Por qué empezaste esto? ¿Por qué se termina? Te odio.
Justo cuando iba llorar una lagrima bien llorada, me llamaste, por lo tanto todo empieza otra vez. Te quiero
