viernes, 3 de enero de 2014

YUKIO MISHIMA

  A días  soy más cuerda que otros generalmente los días en los que no sueño despierta, porque mis piernas (por fuertes que sean) se cansan de ir a la luna y de regreso, hoy es uno de esos días, donde mis actividades se limitaron a ser medianamente normal, pero hubo un punto clave que me regreso al mundo de los mortales, ese punto el día de hoy fue Mishima, la película de hace 24 años que por extrañas razones se exhibe en el cine de arte de Barcelona.

  Después de según yo haber entendido la película, aclamado la idea de narrar los cuentos del autor con escenografías de teatro y encontrar simbolismos en melones, regrese a mi casa sola, mi acompañante tomo el camino cómodo y pido un taxi, yo camine, a la una de la mañana sola, sin peligro, sin ansiedades, con tranquilidad y calidad de vida, lo cual me lleno de una satisfacción inexplicable y por el día de hoy definí mi vida, quiero quedarme a vivir en Barcelona,  y sólo regresar a México, a mi hermosa gente en navidades y agostos.
 

  Vi las cosas claras, no voy a ser nunca la estrella que se ve en las películas de Hollywood donde todo es mucho más fácil, al igual que el sueño americano, de momento lo he entendido todo, no más irrealidades. Me toca poner los pies en la tierra, porque lo me satisface no es el mundo laboral, lo que me satisface es la gente, el cine, las diferentes maneras de entender el mundo que de tan distantes se hacen iguales. La cultura, los datos inútiles que no sirven para nada, las frases que sin contexto te dicen algo, y esto es volver a soñar despierta. Lo absurdo.

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